CARTA DE DESPEDIDA


 Querido presente:

Sé que estás sorprendido de que te escriba ya que soy poco dado a manifestarme tan abiertamente, como tú muy bien sabes. Al fin y al cabo somos viejos conocidos, pero después de mucho meditarlo he creído que la ocasión bien lo merecía.

Soy conocedor de tus desdichas y del mal año que estás pasando. No has hecho grandes amigos, y más de uno no hubiera querido ni verte. Pocos han "vivido a tope el presente" estos últimos meses, tirando por tierra al que había sido hasta hace poco su mantra de cada día.

Te diré más, si hubieras preguntado, a la mayoría les hubiera gustado reunirse conmigo antes de tiempo. Adelantar las agujas del reloj y arrancar hojas del calendario. Menos mal que es un imposible, (que locura,  ¿te imaginas?) y en la línea del tiempo no existen los atajos.

Desgraciadamente aún suspiras por aquellos que has dejado en el camino. Se los quedó para siempre nuestro añorado pasado. Soy conocedor de tu tristeza y la comparto.

¿Y aún te sigues preguntando por las circunstancias extraordinarias que hacen que te escriba? Eres un tipo perspicaz y ya habrás sacado tus propias conclusiones, y no vas desencaminado.

Desde mi privilegiada perspectiva actual, me dirijo a ti para despedirme con tiempo de aquellos que aún se encuentran contigo, pero que por circunstancias variadas y variables de la vida no se van a cruzar nunca más en mi camino.

Cargo sobre mis espaldas un gran pesar: no tuve ocasión de despedirme como es debido de los que se marcharon al principio de esta pandemia. Te confieso que estaba distraído y con la cabeza en otras cosas (¡¡quién se lo iba a imaginar!!). Tampoco de los que se han marchado estos meses recientes, y para esta vez si que no tengo excusa...

Pero en vista de los acontecimientos estoy "ojo avizor" y ya no se me escapa una. Concentración amigo, concentración. Y es por ello que a través de ti me dirijo con cariño a todos aquellos que disfrutan ahora mismo de tu tiempo como si no hubiera un mañana. Para muchos de ellos efectivamente no lo habrá.

Tranquilo... no te he escrito para que repartas sermones en mi nombre. Pero es algo que los dos sabemos... en el tiempo que les estás regalando se les van a cruzar celebraciones, reuniones y brindis, en los que se olvidarán de ti por un momento y me invocarán a mí... sin imaginar ni por asomo que ya no nos volveremos a encontrar.

Si no es mucha molestia, ni pedirte demasiado... rózales con la punta de tus dedos por si ese pequeño gesto consiguiera iluminarles. Y si así no fuera, les sirva esa caricia como eterna despedida.

Bueno, que ya no te quiero entretener más. Sabemos mejor que nadie que el tiempo es oro y se escapa de las manos. Cuídate mucho y recuerda que aunque no estemos destinados a encontrarnos, tú y yo siempre iremos agarrados de la mano.

Atentamente, 

                EL FUTURO.


Comentarios

  1. Precioso relato epistolar que invita a la reflexión más que nunca en estos días.

    ResponderEliminar
  2. Valiente!!!!, primero de tantos,👏👏👏👏👏👏
    🥂Por muchos más... estoy segura que nos harás disfrutar de leerte, con ese talento!!!
    Ánimo!!!!💋😘😘😘😘😘

    ResponderEliminar
  3. Los pelitos de punta... Tanta verdad junta en tan pocas palabras...

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

FELIZ NAVIDAD, PEQUEÑA

LOS BESOS GUARDADOS