ANOCHE SOÑÉ...


 Acabo de llegar hace escasos minutos. Me bajo del coche y respiro profundamente. Huelo a fresco y a limpio, a transparente. A nuevo también. ¿A un mundo nuevo quizá? Cierro el coche y camino hacia la cabaña. Creo que he dejado las llaves en mi bolsillo derecho. Sí, aquí están. Me sacudo las botas en la entrada, de hojas secas y tierra mojada. Me sacudo también la pena, la soledad, la ansiedad y las lágrimas derramadas estos meses. ¿Me han hecho más fuerte? ¿Más sabia? ¿Mejor persona? No lo sé. Sinceramente, creo que no. Creo que simplemente sigo siendo yo. Aunque aún es pronto para saber, todo está en reposo. A la espera. La cabaña está fría, pero no tardará en llenarse de chimenea. Miro a mi alrededor y lo que veo me gusta. Por primera vez en meses vuelvo a tener la sensación de recuperar el control, aunque aún sea un espejismo. Abro ventanas y puertas en un intento de que la oscuridad se vaya para siempre. Sé que para siempre ya no existe ni existirá jamás, he aprendido la lección, pero necesito creer que nunca más se hará de noche. Que siempre habrá un sol al que mirar. Observo el reloj en la pared y mi corazón se pone en guardia. Mis sentidos también. Creo que oigo algo... ¿O sólo es el sonido de las ramas y el viento? Sí, eso parece... pero... No, creo que no. Salgo de nuevo y oigo un motor. Tengo que coger aire profundamente porque durante varios segundos he olvidado respirar. Respiro rápido, sin compás, mientras las lágrimas me llenan los ojos y por fin liberan mi alma. Porque el tiempo interrumpido se acaba. Ahora sí. Aún no les veo pero ya les puedo sentir. Allí, al final del camino la luz y en pocos segundos... ellos... mi familia.

P.D. Aún sigo soñando... deseo que pronto sea una realidad... 

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